Con tan solo leer mi nombre puedes deducir que, al igual que el Senador Marco Rubio, soy hispano.Cuando mi padre tenía tan solo ocho añ os él, su hermano y su madre tuvieron que dejar todo lo que tenían y conocían para escapar la opresión comunista en Cuba.Mi abuelo, un músico famoso en aquel tiempo, tuvo que quedarse atrás.Y cuando finalmente pudo escapar y llego a Puerto Rico donde mi familia se estableció después de una breve estadía en Miami, fue entrevistado por una revista local diciendo, “si no hubiese podido escapar, mi única opción hubiese sido el suicidio.”
Éste tipo de historia marca tu vida para siempre y nunca se aleja de tu mente.No te permite pensar que la libertad está segura si no se lucha por ella.Y te hacen entender que los ideales que dieron origen a los Estados Unidos de América deben ser protegidos.Esos ideales nos sirven como un recuerdo enfático de las muchas maneras en que nos quedamos cortos.
Marco Rubio ha demostrado que entiende eso.Su discurso reciente en la Convención Nacional Republicana me hizo sentir orgulloso de ser americano.No un hispano.No un hispano-americano o latino, sino americano.Estoy sumamente cansado de aquellos que pretenden definir quien soy y lo que creo solo basado en mi raza.Yo soy un americano porque creo en los ideales que fundaron este país.
Estoy cansado de los comentaristas hablando de ‘lo que los hispanos creen,’ o ‘lo que lo hispanos quieren.’¿Por qué insisten en ponernos a todos en pequeñas cajas delineadas por sus prejuicios?Marco Rubio lo llamó una estrategia de “dividir y conquistar”.Yo concuerdo con la idea.
Yo nací y crecí en Puerto Rico.Una de las cosas interesantes de los puertorriqueños es que nos enseñan desde muy temprano, que nuestra raza viene de una mezcla de raíces, lo cual hace que todos tengamos un poco de Taíno (los indígenas de la isla), Español y Africano.Basado en eso, hay un dicho que le dice a aquellos que se quieren sentir por encima de otra persona por razón de su color de piel, “¿y tu abuela dónde está?’, haciendo referencia de que todos al final tenemos el mismo origen.
Por esa razón fue sorprendente cuando vine a los Estados Unidos y me encontré con que todos somos encajonados en diferentes grupos, tan solo por nuestra raza.Todo el mundo asumió que yo serí aDemó crata antes de yo supiera lo que era ser Demó crata.Sin embargo, yo rechacé la presión intuitivamente, aunque fuera solo dentro de mí.
Yo sabía que amaba éste país.No por la prosperidad y todas las oportunidades que me brindaba.Mi sentimiento no tenía que ver con lo que yo podría obtener de América.Tenía que ver con lo que América representa.Yo amo este país por los principios de libertad que constituyen en su fundación.
Rubio expresó ese sentimiento muy elocuentemente en su discurso:
América fue fundada en el principio de que cada persona tiene derechos que provienen de Dios.Que el poder le pertenece al pueblo.Que el gobierno existe para proteger nuestros derechos y servir nuestros intereses.Que nunca debemos estar atrapados en las circunstancias de nuestro nacimiento.Que debemos ser libres de llegar tan lejos como nuestros talentos y empeoño noslleven.
Este país es bueno.Nosotros como ciudadanos americanos fallamos continuamente, pero América contineúa siempre en alto, llamándonos a vivir más cerca de ese ideal.
Rubio continuó:
Nosotros somos especiales porque estamos unidos no por una raza o etnicidad común.Estamos unidos por unos valores comunes.Que la familia es la institución m importante en nuestra sociedad.Que El Todopoderoso Dios es la fuente de todo lo que tenemos.Somos especiales por que nunca hemos cometido el error de creer que somos tan astutos que solo necesitamos apoyarnos en nuestros líderes o el gobierno.
Nuestro lema nacional es “En Dios Confiamos,” recordándonos que la fe en nuestro Creador, es el valor mas importante de todos.Somos especiales porque siempre hemos entendido esa admonición de las Escrituras que “a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará.”
Estas declaraciones de unidad son profundas y deberían trascender los partidos políticos.Cuanto he añorado por líderes que sean suficientemente humildes para reconocer que no son tan inteligentes o poderosos como para resolver todos los problemas del mundo—líderes que reconozcan que debemos confiar en Dios y Su misericordia.
Necesitamos líderes los suficientemente humildes para reconocer cuan bendecido es este país y que sientan el peso de la responsabilidad que viene con esas bendiciones.Necesitamos líderes que valoren a las personas por quienes son como personas y no en base de su raza, color de piel, cultura, situación financiera, o cualquier otra cosa.Todos somos americanos.No por nacimiento, sino por elección.
El Lcdo. Mario Díaz es consejero legal para Concerned Women for America, la organización de política publica para mujeres mas grande en la nación.